la revelación de la propia autocrítica resuena
en millones de lagrimas y certezas.
Nada le impide marcharse.
El puede conseguir algo mejor, mucho mejor.
Y nunca voy entender,
porque me sigo destruyendo por dentro.
Ser feliz por un lapso tan prolongado,
sólo hace que los viejos enemigos se enojen,
y rompan la barrera que te dividía.
Y todo volvió. Y nadie pudo salvarme.
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