Rosario se estuvo iluminando un poco los últimos días, el verano esta casi en puerta y casi en mi corazón. Los días son un poco más largos, mucho más hermosos y mi humor va rondando entre excelente a muy bueno diariamente.
La gente ya no me provoca tanto odio, de hecho ya ni me importan. Camino por la calle mirando el cielo tanto de día como de noche. Me encanta hacer eso, sentir que no solo me preocupo por lo que hay en la tierra, sino que miro más allá. Outside the box. Siento que soy capaz de ver lo superficial, pero también un poco más allá, un poco más adentro. Locuras mías.
Después de un tiempo, después de analizarme con música depresiva y mucho humor, me dí cuenta que "Rosario" es más que una ciudad, es mí estado de ánimo, es mí interior en muchas maneras. Caí en la conclusión que uno es muchas veces como ve a las cosas genéricas, en mí caso, una ciudad, mí ciudad. Rosario comenzó a revivir, porque yo comencé a revivir.
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