Lo malo de los recuerdos es que siempre están ahí, sigilosos, escondidos, invisibles.. hasta que un día te invaden de la nada, te estremecen, te recuerdan lo que no fue, lo que fue y lo no será, te recuerdan que alguna vez sentiste algo por querer sentirlo, te recuerdan que no te tuviste que forzar para algo natural.
Recurrimos a miles de personas para no sentirnos solos, al alcohol o a las drogas, sin darnos cuenta que ello nos aíslan más, nos consumen.
Hace un tiempo atrás me encerré en mí porque no quería volver a sentir el corazón roto, volver a ovillarme en mi cama y sentirme vacía, despreciable, inútil.
Hoy me levanto todos los días, con la esperanza de encontrar una respuesta a tanto vacío.
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