jueves, 12 de enero de 2012

ADN


Pase mucho tiempo de mi presente realidad, de mis cortos y a su vez largos años, sola. Creí en mucha gente que se marcho y busqué venganza lastimando a personas inocentes, como si haber sufrido mucho me hubiese dado una suerte de "free pass" para hacer sufrir a los demás, como si esos buenos seres a los que me estaba enfrentando ahora, lastimada y vapuleada por el siniestro destino, tuvieran la culpa de mi "dura vida". No tenía idea de nada.
Entre los eventos sociales rescaté a alguien que me rescató a mí. Siempre fui muy cerrada, muy agresiva, muy mía.. siempre lo fui, y tengo la idea que siempre lo seré, pero él, en suerte de "curador", "salvador" o lo que sea.. se tomó el tiempo de escucharme y la paciencia para soportar mi maldad naive y mis miedos. No lo voy a negar, fui muy filosófica y él tenía un lado filosófico que se ensamblaba a la perfección conmigo, eramos elocuentes y ácidos, una buena dupla para una amistad. Esperaba ansiosa las noches para hablar con él y compartir un poco de mí, descubrió alguna forma mágica para hacerme sentir que sus palabras no eran mentiras, que yo sí valía, que a lo mejor sí era interesante y que todos mis miedos e inseguridades no tenían fundamentos. Eso es lo que siempre fui, una insegura que se escuda en la agresividad para prevenir situaciones a futuro que pasaron en algún pasado desafortunado. Eso es lo que escondo, las viejas cicatrices de guerra que no quiero mostrar, que me avergüenzan, que me hacen ser quien soy hoy en día. La agresión y el carácter fuerte protegen mi vulnerabilidad, creando una imagen ilusoria de lo que soy y de lo que fui, y entiendo que no tengo la culpa, que los astros, algún Dios, mi forma de ser: obtusa e incalculable, puso los números adecuados para que las matemáticas dieran así. Entendí que no hay nada mal en mí, que no está mal estar en mi piel.

Sin embargo, la historia me demostró que la gente se va a seguir marchando de mi lado a penas me conozcan, como si ésa es una suerte de hechizo que se rompe cuando me dejo ver, en algún pozo depresivo o momento de inseguridad juraría que es porque no soy suficiente, pero no.. si soy suficiente, soy suficiente para mí y eso basta.

Te extraño y me hacía bien hablar con vos, volvé.

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