Muchos de nosotros hacemos una mirada al costado cuando pensamos que la época del proceso no nos pertenece, cuando creemos que el pasado está enterrado y que no hay que revolverlo. Algunos, nos creemos demasiados jóvenes para cambiar algo, otros piensan que "en la época de las botas" se vivía mejor.
Ni uno, ni otro extremo. La época del proceso fue una de las etapas más funestas de la historia argentina, con más de 30mil desaparecidos, torturas, muertes y un supuesto combate del terrorismo de estado, que se asemejaba más a una lucha contra el pueblo que PARA el pueblo.
La conciencia cívica e histórica ha sido borrada e intercambiada por espejitos de colores, el pueblo argentino tiende a olvidar para sentirse mejor, tiende a borrar para después repetir, tiende a no darse cuenta que el pasado esta más vivo que nunca en el presente, en cada paso que damos, en cada derecho que luchamos. El objetivo de la sociedad, hoy en día, es NO olvidar, NO dejar de luchar, NUNCA MÁS.
Cada desaparecido hoy, es un hueco del mañana. Por los 30mil desaparecidos, por Julio López, pero principalmente, porque en un pueblo en democracia, ninguna persona puede faltar de su casa. El pueblo sangra por justicia, los desaparecidos nos faltan a todos.
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