Léeme un rato y sentí que te importo, léeme un rato y sentí que me conoces. Viví la paradoja de leer lo que pienso y ver como actúo, viví la paradoja de sentirte por un minuto adentro de mi cabeza, en el medio de mis dos hemisferios, sentite la línea del ecuador de carne y hueso.
Después volvé a la vida real creyendo que lo que escribo realmente es ficción. No te sientas mal, todos lo hacen, no esperaba menos.
Soy una nata farsante. Como todos.
Te muestro lo que queres ver.
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