Nunca le pidas a un escritor que lea en voz alta sus creaciones,
es como pedirle que diseque su corazón en vivo.
Y perdón si te digo,
es como pedirle que diseque su corazón en vivo.
Y perdón si te digo,
que todo lo que escribo,
una vez que sale de su nido,
me parece nocivo.
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