Sos, soy, somos necios. No podemos pedir el cielo y no hacer ningún sacrificio, derramar alguna lágrima. Vivir sin sentir. No podes hacer oídos sordos al silencio, ni gritarle a la furia. Se escapa. Se va. Se te fue el tren.
La confianza o la des-confianza, la duda y la certeza. ¿Cómo volves a confiar?.
¿De qué me sirven las palabras?, ¿de qué me sirve el perdón?, ¿el reconocimiento del error?.. de nada. No cambia nada, no quita nada, sigue todo igual. Las palabras que son dichas y no ejercidas no me sirven. No te sirven. No sirven. No servís. Y a mí, ¿de qué me sirve que me entiendas?, al fin y al cabo, no cambia nada.
Vos no entendés lo que es querer, lo que es jugarse. Y yo tampoco, pero intento sentirlo, arriesgarme. Jugar para no perder.
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