jueves, 8 de diciembre de 2011

Speaking with the eyes.

Al mismo tiempo que el sol sale, la gente va a apareciendo en las calles de mi querida y sofocante Rosario. El mundo comienza a funcionar correctamente y deja los vicios de la noche.
Una mujer habla con la cajera de la estación de servicio sobre alguna mentirosa dieta mágica; un hombre toma un café mientras mira el tráfico pasar.
Los autos furiosos por la calle ni me notan, ni me quieren notar. Yo hoy, no quiero ser notada, no hasta la noche tardía que libera mi magia y me hace sentir menos extraña en mi misma.
En una esquina de la misma estación, del mismo bar, exactamente al fondo a la derecha contra una pared, hay una mujer con su libreta roja y su birome roja, escribiendo esto. Intentando dar algún sentido a media hora de existencia perdida y muchas mentiras on the rocks.
Afuera, las madres dejan niños en escuelas caras, con autos caros. Adentro, adentro mío esta la sensación de que Noviembre es el mes en el año en el que se toman todas las decisiones finales y se consolidan todos los cierres. Eso espero, eso necesito.
Anteanoche me deje ser, hablé de mí siendo yo, hablé de él y cómo marco trascendencia en mi vida. Hablé de todo y me volví a sentir bien, como en los viejos tiempos cuando realmente importaba (cuando realmente le importaba).
A pesar de ser otra persona, comienzo a creer que no es tan imposible sentir lo mismo de nuevo, sentirme bien, no tener miedo y en caso contrario, superarlo. Esforzarme cada día por ser más yo misma, por quererme. Eso fue todo lo que deje de hacer, lo que perdí.
Los primeros amores no se olvidan, pero yo no te quiero olvidar ni menos, yo quiero dejar de escribir de vos, superarte.

La gente sale a la calle a luchar sus batallas, alguien muere en algún rincón y vuelve a renacer.
Hay gente que dejé atrás como arte de magia, sin razón. Otros que no puedo olvidar. Hay personas que abandoné porque ya no me necesitaban, pero en su mayoría, porque yo ya no las necesitaba. Así de honesto, así de real, así de hiriente. Me han abandonaron y abandonaré, es la ley de la vida.
Los guerreros se levantan todas las mañanas y viven, los cobardes se visten de excusas. Yo, escribo. Ése es mi escudo incorruptible, mi espada letal, mi fuerte.

El sol oxida los ojos de la ciudad, los desgasta generando ceguera, cambiando su moral, sus valores. Innovando. El sol oxida los ojos de la ciudad y me herrumbra a mí que estoy estática en el piso y no me puedo mover. No tengo suficientes fuerzas como para debatirme entre caminar al futuro, seguir estática en el presente o regresar a mí amado pasado… melancólico y ahogado.
11/11/11


El futuro atrae por la ansiedad del qué será y el pasado es tan hermoso que nos atrapa con la misma emoción que cuando lo vivimos.
Quizás sea hora de sentir el presente, hora de sentir y ver qué tal nos va.
08/12/11

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