miércoles, 21 de diciembre de 2011

Take me away


Toda la ciudad se oscureció de repente, el cielo cambio su sonrisa por la furia de un volcán antes de entrar en erupción, sentada en la puerta de la casa de algún extraño sonreí y espere a que pasara todo lo que siempre espero que pase: lo peor.
Los edificios nadaban entre olas de lluvia amargada. Me vi correr por las calles solitarias, llenas de gente que escapaba al mal mientras yo disfrutaba bañarme en él, quizás tanta metáfora tiene alguna definición. Y reía, reía a carcajadas.
Pocas veces entiendo que hago, pero al reír y correr debajo de la lluvia mientras todos me miraban cual leprosa, me hizo sentir viva, más viva que nunca. Riendo sin razón alguna más que estar ahí, en ese momento, bajo esa lluvia, mirándome de afuera y sintiéndome bien adentro. Mía, libre y viva. Sin miedos, sin dudas.

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