sábado, 9 de junio de 2012

Odio las películas violentas.

Las palabras y lo pensamientos sucumben mi cabeza con un frenesí imparable. Los hechos que demuestran mi veracidad se acumulan en pila y siento mi cabeza estallar en cualquier momento.
En la televisión dan una película absurda, llena de violencia, una vez más. Su tediosa figura está en frente mío y siento juntarse en mi pecho todo aquello que odio de él.
Tiene un verdadero don para hacerme sentir mal cuando me estoy empezando a sentir bien y es extraño, porque todas las personas parece que tuviésemos un ser humano con éstas cualidades cerca nuestro. Es como si el inmenso poder que se balancea en el universo, nos distribuyera un cable a tierra falaz.
Él no me puede dejar ser feliz.
Todos me dicen "relajá, dejate ser". ¿Saben lo difícil que es para mí eso?, ¿alguien tiene una mínima idea?, ¿por qué en vez de darme consejos no me entienden y me dejan ser lo que yo sé ser?. No es fácil descontracturar a una mujer que toda su vida se puso guías para no perderse, y aún así se perdió.

Por un minuto desearía que el cosmos sufriera un sismo y nadie esperara nada de nadie. Incluso yo.

En otras palabras, me tienen las pelotas por el piso.
Cambio y fuera.

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