miércoles, 27 de noviembre de 2013

Sense.

Estaba en una esquina,
derretida en lágrimas furiosas,
que no la dejaban ir.

Estaba en una esquina,
pretendiendo no morir,
ahogada en un mar de lágrimas.

Su mano frenética rozaba sus ojos,
de la forma más infantil,
alejando las lágrimas de sus mejillas,
rogándoles que no vuelvan a salir.

Una inhalación profunda,
intentó tranquilizar su corazón.
Cómo si por algo tan simple, el odio,
dejara de dominarla.

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