sábado, 21 de abril de 2012

Desierta.


¿Qué puedo hacer más que fumarme un cigarrillo y ver el río pasar? Si mi vida está terminada y eso es verdad. Destrozó su viento huracanado a esta mujer feminista y segura de sí misma, la rompió en pedazos y la volvió a hacer una niña estúpida y escurridiza. Me consumió toda gota de dignidad, y ahí quedé. Seca.

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