lunes, 6 de febrero de 2012

Cosecho lo que siembro.

A veces me gusta investigarte, no estoy segura si hago bien, si hago mal. Sé que juego con fuego y que los límites son imborrables aunque no lo quiera, pero quiero, quiero borrarlos y dilucidar el futuro desde una botella de vino, junto a vos.
¿Cómo exactamente es el ser humano, que en su momento de mayor apogeo, desea volver estar en la base, para disfrutar de ciertas tentaciones que, a la vista de todos, se ven mal? Ya no puedo ni escribir acerca de lo que quiero y es como si el mundo hubiese colapsado ante mis pies, logrando todo lo que quería, pero siempre cambiando mi lista de qué querer al obtenerlo. ¿Realmente somos así? ¿Tan pusilánimes que no podemos admitir un minuto de bienestar y silencio?, sin darnos cuenta, que tarde o temprano, lo único que vamos a hacer es terminar en una habitación, solos, escuchando nuestra propia voz.
Y aún así, sigo imaginando la dulce tortura de sentarme a tu lado en una tarde nevada, para respirar aire fresco que llegue directo a los pulmones, renovando energías; la dulce tortura de otro invierno entre tus sábanas, viviendo tu piel y mi piel.
Tu paranoia es un poco excitante y el brillo de tus ojos refleja un alma inmortal, tentadora y eternamente confundida.
Vos, cansado de los reproches y yo llena de banderas blancas de paz, para vivir la guerra. Así, cerca tuyo, acompañándote desde el silencio, desde el anonimato, llena de alevosía, de sed de ser vista.

Vamos, fumemosnos un cigarro y dejemos la vida pasar.

Tentándonos.

1 comentario:

  1. Hola Belu, pero estás segura de que nunca te he dicho que tienes un nombre precioso..?? no sé, no sé..
    Dejarse tentar por alguien como tú, de sólido corazón sería la mejor película que la vida pudiera ofrecer...muchas veces uno se siente cómodo siendo espectador, otras prefiere ser actor...tú ahora que prefieres...??
    Gracias guapa, pasa buen día, besos de nieve..

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