jueves, 3 de febrero de 2011

Yo no te pido que me entiendas - Capitulo 3

En la vuelta del café, a la vuelta del hotel y desde las vueltas de la vida, se quedaron parados en una esquina, mirándose, contemplándose, sonrientes escuchando alguna canción o simplemente los ruidos de la gente al pasar y de los autos al torturar las calles de Buenos Aires. Suspiraron a la par, y se afligieron juntos al saber que ya había pasado un día y solo restaban dos mas.
El juego caótico mental los hizo cometer una locura, y ahora estaban sumergidos en el amor al 100%. Se amaban, sin mas ni menos, se amaban. Con desprecio y maltrato, con asco.. se amaban. Mas que nadie, mas que todos. Se amaban.
Él sostuvo sus dos manos y la miro fijamente a los ojos, sus labios exclamaron justo lo que ella quería oír: "lo nuestro es tan para siempre que es imposible". Quizás es una frase con doble significado, pero su cerebro no le permitió pensar demasiado, ya que unos labios estrepitosos y pasionales chocaron contra los suyos y se convirtieron en los besos mas ricos de la existencia de un ser humano. Besos que prometía un mañana lejano y un presente de seguridad.
A ella verlo bien, le hacía tan bien. De él no podía escapar, porque era su reflejo y caminaban a la par.

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