jueves, 17 de febrero de 2011

Yo no te pido que me entiendas - Capitulo 4

Desde esa esquina, y hasta el hotel colmó el aire un silencio tortuoso, insoportable. Sus momentos de quietud a ella la volvían insegura e inestable. Siempre pensó que la felicidad no era para su destino y ahora que quería a alguien tan fuertemente como quería a Bautista, temió de perderlo y pensó en absolutamente todo, llegando a ninguna conclusión. Todo estaba bien, era solo un momento de tranquilidad en el frenesí diario. Irónico para la loca Buenos Aires.
Llegaron a la puerta del hotel, y sin mas ni menos, sin esperar deseos, Lucrecia besó sus labios fuertemente hasta que doliera. No quería recibir una respuesta de él, solo exprimir su amor por si ya no hubiese otro beso de despedida. Asustado, la miró y le dijo "que te pensas, que te vas a librar de mi tan rápido".. una calma poco conocida para el mundo, se adueño de su cuerpo, mente y corazón. "Todavía no, nos quedan un par de días" le respondió.
Ambos sonrieron y marcharon a lados opuestos.
Ya en el hotel, se sentó en el lobby a ver los autos pasar. La ciudad estaba soleada pero gris, como siempre la imaginó. Su celular suena con aquella canción que siente que los identifica a los dos y puso por adoración a él. Es un mensaje.. un mensaje de alguien que la amaba, tan solo decía "mañana, a la misma hora, te besaré". Sonrío pícaramente y suspiro. Sabía que el amor no acabaría de repente, y que quizás esta era su chance.

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